El zapato de Cenicienta

En el popular cuento, Cenicienta perdió su zapato, acaso su identidad, una vez concluido el baile al que jamás soñó asistir. Su nombre evoca el fuego a pagado, la falta de vida o de lucidez. Y al recuperar ese zapato único que le devolverá al equilibrio, resurgirá cual ave fénix para conquistar el mundo. Más allá de el costumbrismo a la hora de narrar el cuento de manera que sea aprehensible por cualquier peona, el cuento esconde un verdadero simbolismo que, llevado a nuestro mundo bandístico, puede ofrecer notables enseñanzas para mejorarlo.

Los directores y directoras nos empeñamos en vender demasiados zapatos. No nos damos cuenta de que los músicos solo necesitan uno. La cuestión es saber cuál.

Cada vez es más frecuente encontrar Bandas en un estado de cenizas. Devastadas por una mala gestión ya sea esta por parte del director, de la directiva o por ambos, recurren al cambio de director que, si bien representa un aire fresco, tendrá poco éxito si perpetúa los modos y costumbres que arrastramos desde décadas y que son, sin duda, las que socavan toda posibilidad de redención.

El director o directora que asume la dirección de una banda, ya sea en estado cinéreo o en estado de vivo fuego, debe tener en cuenta la necesidad de encontrar el zapato que ajuste inequívocamente y que cumpla con el propsito de sostener la banda en su algidez completa. Solo hay un zapato para cada banda dependiendo de sus necesidades. Encontrarlas es la mayor de la tarea a la hora de gestionar social o musicalmente una banda.

Las soluciones no pasan necesariamente por el aspecto musical. El repertorio es importante. Más que importante. Pero la gestión del grupo desde un punto de vista humanístico determinará los resultados. Lo social mucho más que lo musical marcará la diferencia.

Pero, ¿puede un director o directora fingir empatía? Obviamente, no. Pero puede mejorar su comunicación, lo que devendrá en un acercamiento que no hay que confundir con la simpatía. La simpatía es válida a la hora de compartir fuera del entorno musical pero será al empatía la que conectará, la que hará de amalgama, la que constituye el zapato de Cenicienta. Una banda, un zapato. Busca y hallarás.